domingo, 27 de marzo de 2011

LA POESÍA EN MI VIDA.

Comencé a escribir poesía a los doce años. Mis primeros poemas los hice en la caleta El Membrillo, mirando los botes, las gaviotas, redes y pescadores. Luego vinieron los poemas de amor. Cada cierto tiempo quemaba mis poemarios en un holocausto en el jardín de la casa. En la adolescencia escribí mucho y presenté mis textos en un festival estudiantil del liceo en que estudiaba. Allí fue una revelación. El profesor de Filosofía me dijo que no podía ser que no diera conocer mis trabajos pues, dijo, “la poesía es un grito en el muro”.
Años después me recibí, contraje matrimonio y me olvidé del Arte, hasta que vinieron los conflictos matrimoniales y existenciales. Cuando estaba por nacer mi tercer hijo, retomé nuevamente la Poesía y escribí muchos versos. Vine a tomar más o menos en serio esta vocación cuando en el año 1987 aproximadamente, ingresé al Grupo Literario Sinfama. Después he formado tres grupos literarios: Poetas Ciegos de Amor, que funcionaba en el Instituto Helen Keller, el Grupo Literario La Mano y el taller literario Madero, de la I.C.D.J.
Continuo escribiendo, me agrada hacerlo, es un lenguaje propio del alma, pero no tengo afanes de publicar. No creo que sea un gran poeta, soy sólo un aficionado a las letras. Como profesor me agrada darle un tono académico a estos encuentros. Como para tantos, muchas veces la Literatura es un desahogo, cosa que abominan los verdaderos poetas. Para ellos es algo más trascendental. La poesía me ha acompañado en tiempos difíciles, en el amor, en la soledad, he expresado mediante este lenguaje mis sueños e inquietudes. Seguramente moriré con la Poesía.